miércoles, 27 de mayo de 2009

Mitos sobre el fin de las cosas o la muerte

Como se aprecia en los ejemplos que se han presentado hasta ahora, los mitos son un reflejo de la sociedad que los crea y los mantiene, aunque no se puede asegurar que los mitos han sido conservados en sus versiones originales, debido a que en sus orígenes, la transmisión de estas creencias era de forma oral. Siendo el pueblo el principal depositario de conservar y transmitir estos relatos, los métodos de preservación de estas historias eran generalmente los viejos, ancianos o sabios de cada comunidad, que se encargaban de contarle a los niños y jóvenes los sucesos de los primeros tiempos, como a ellos a su vez se los contaron sus abuelos y como tendrían que hacerlo a su tiempo ellos mismos con sus nietos.

Es imposible asegurar que los mitos se hayan conservado inalterados de su forma original debido al mecanismo (oral) que se utilizaba para asegurar que se difundieran estas creencias, sin embargo, con el surgimiento de la escritura hubo grandes ventajas para conservar y trasmitir de generación en generación más fielmente este conjunto de conocimientos y creencias.

Otro de los temas principales que se incluyen en todas las mitologías, es el de la muerte o el fin de todas las cosas. Generalmente vinculado al castigo de los hombres por su mal comportamiento con los dioses, o como venganza de los mismos dioses inferiores contra los dioses superiores, una constante es la idea de que un día el mundo como era conocido se acabaría y con él, todo lo que tenía vida. En algunas mitologías el fin del mundo sucede a través de algún desastre natural, como una inundación que cubre toda la tierra, un terremoto que destruye todo vestigio humano o un fuego abrazados que desaparece y purifica todo lo que existía sobre la tierra.

Paradójicamente, a todos los mitos que hay sobre el fin de los tiempos, del orden o de la vida, sobreviene una premisa que anuncia que es el momento de empezar de nuevo la historia de la humanidad, de surgir del caos para retomar el orden, de sobrevivir a la devastación para poblar nuevamente el mundo, en un retorno al origen que se fundamente en el principio y fin de la vida misma. Como ejemplo de esta creencia es la que se cuenta en la mitología nórdica, que expone que un día las fuerzas del caos superarán a las fuerzas del orden y vencerán a los divinos guardianes de los hombres y del bien, entonces el mundo volverá al caos del cuál emergió y los dioses serán destruidos; sin embargo habrá unos pocos sobrevivientes humanos y divinos que serán los encargados de poblar nuevamente el mundo y el ciclo de vida comenzará de nuevo.

Por otra parte, están los mitos que hablan específicamente de la muerte, pero no del mundo, sino de los hombres. La muerte de los hombres es una incógnita que se ha resuelto de muchas formas, aunque constantemente se encuentra la idea recompensa-castigo de acuerdo a las acciones que se cometieron en vida, específicamente en la mitología judeo-cristiana se tiene la idea de paraíso-infierno. Otra interpretación es la que hay para los egipcios, que creían en la vida después de la muerte y cada persona que moría era embalsamada porque sería juzgada y sentenciada de acuerdo a sus acciones y del resultado dependía su inmortalidad (como muerto) o que su corazón fuera devorado como resultado a las malas acciones en vida. Tal como en la egipcia, hay muchas otras mitologías en las que el fin de la vida tiene como fin el viaje del alma o espíritu al otro mundo, algunas veces para conseguir la vida eterna, otras veces para reencarnar en otro cuerpo y terminas asuntos pendientes, pero siempre con la promesa de lograr la recompensa de una eterna vida tranquila.

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